viernes, 25 de febrero de 2011

Adolescente costarricense envía mensaje al mundo a través de UNICEF

Pide derecho a la equidad, tecnología y educación intercultural
- Su opinión aparece en “El Estado Mundial de la Infancia 2011” que se anuncia hoy en Nueva York
- El documento concluye que la inversión en la adolescencia combate la pobreza y la desigualdad
25 de febrero 2011, San José y Nueva York.  Paolo Nájera, de 18 años, es la voz adolescente costarricense que circula en el mundo  a través del Estado Mundial de la Infancia 2011, el principal informe anual del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia UNICEF lanzado hoy en Nueva York.
La publicación incluye en sus páginas la opinión de Nájera sobre el significado de ser adolescente en uno de los ocho Pueblos Indígenas de Costa Rica.  Su ensayo es una de las seis voces adolescentes del mundo que aparecen en el estudio dedicado, en esta oportunidad, a: “La Adolescencia: una Época de Oportunidades”.
Nájera dice sentirse orgulloso  de ser “uno de los primeros y de los pocos”   de graduarse del colegio e ir a la Universidad. Paolo hace un llamado para mejorar la calidad de la educación intercultural. 
“El color de la piel importa en Costa Rica. Si aquí existiera igualdad, las niñas de mi comunidad tendrían las mismas oportunidades que las niñas de otras regiones del país: un mejor acceso a la tecnología y a la escuela secundaria. Estarían preparadas para promover y defender nuestra cultura”, escribe el adolescente de del Pueblo Indígena Térraba quien pronto empezará a estudiar Antropología en la Universidad de Costa R

Publicación:


Mantener la llama encendida

Paolo Nájera
Adolescente del Pueblo Indígena Térraba
Cuando miro las perspectivas que tiene por delante mi pueblo Térraba, me descorazona ver la tierra agotada y el río secándose. Si bien no conozco mucho del mundo, sé distinguir lo bueno de lo malo, y sé que esta terrible realidad no es culpa suya. La antorcha de la resistencia pasó de mi bisabuelo a mi abuelo, a mi padre y a mí, y simboliza nuestro deseo de conservar viva a nuestra comunidad. Mi esperanza es que nuestra cultura indígena y su lengua perduren.
El problema es que mis hermanos temen vivir como indígenas térrabas. Las presiones externas, las burlas, la discriminación y la indiferencia por nuestros derechos fundamentales casi han llevado nuestra lucha de siglos por la supervivencia a un punto de ruptura, incluyéndome a mí, no nos han dado ni escuelas ni centros de salud adecuados, ni han respetado la integridad de nuestra tierra.
Queremos que se proteja nuestro estilo de vida y que nuestro territorio no sea invadido por compañías industriales que destruyan la armonía que hemos preservado: armonía por el que nuestro pueblo ha pagado con el derramamiento de su sangre. Esto, sin embargo, no significa que queramos estar excluidos del mundo. Sólo pedimos respeto por nuestros derechos humanos básicos: el respeto que todo ser humano merece en este mundo. Pedimos que nos vean y nos escuchen.
Gracias a mi querida Escuela Térraba, me siento orgulloso de ser uno de los primeros y de los pocos de mi grupo indígena en alcanzar la educación superior y asistir a la universidad en mi país. El sistema educativo en Costa Rica es insuficiente, y resulta aún peor para las comunidades indígenas. La desigualdad impera en el aula, y el sistema no busca preservar ni nuestra identidad ni nuestra existencia como indígenas. Veo la falta de inversión del Gobierno en la cultura indígena que se refleja en los maestros que dan sus lecciones con materiales obsoletos o que enseñan debajo de un árbol. Creo que el Gobierno no ve las ventajas que la educación le puede traer a nuestro país, ni el beneficio de invertir en la educación de la juventud indígena.
Para ofrecer una educación de calidad, nuestros maestros deben contar con aulas adecuadas y libros de textos nuevos. ¡Si tan sólo los niños de mi pueblo pudieran tener acceso al mundo a través de una computadora como los niños de cualquier otra parte! Me entristece que les hayan negado su derecho a la educación y a lograr el máximo de sus posibilidades.
El color de la piel importa en Costa Rica. Si aquí existiera igualdad, las niñas de mi pueblo tendrían las mismas oportunidades que las niñas de otras regiones del país: un mejor acceso a la tecnología y a la escuela secundaria. Estarían preparadas para promover y defender nuestra cultura.
Espero que llegue el momento en que la gente se interese de veras en escuchar y en ayudar a los indígenas, un momento en el que yo no sería uno de los pocos jóvenes indígenas en escribir un ensayo acerca de esto, a la espera de que sea leído y comprendido. Con auténtica equidad tendríamos centros de salud permanentes en territorios indígenas, y nuestra educación secundaria incluiría lecciones en nuestra propia cultura e idioma como parte del programa de estudios básico.  A pesar de que nos hayan inducido a olvidar nuestra lengua y a avergonzarnos de nuestro modo de vida, nos aferramos a nuestros sueños y a nuestra voluntad de ser indígenas térrabas.
(Este artículo aparece en el Estado de la Niñez 2011 de UNICEF dado a conocer en Nueva York, el 25 de febrero del 2011)

Fuente: (Este artículo aparece en el Estado de la Niñez 2011 de UNICEF dado a conocer en Nueva York, el 25 de febrero del 2011)

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